Paul Gilbert (2009, 2015), desde su CFT (Terapia centrada en la Compasión), presenta tres sistemas neurobiológicos asociados a la regulación emocional y desarrollados evolutivamente para favorecer nuestra sobre-vivencia. Cada uno de ellos está diseñado para cumplir una función determinada, pero también para trabajar juntos como un sistema en equilibrio.

 

La experiencia que tenemos de nuestras emociones y deseos tiene su origen en patrones mentales que surgen desde estos sistemas.

 

1.- Sistema de Amenaza-protección: se encarga de detectar posibles amenazas y nos orienta hacia la búsqueda seguridad y protección (Sistema Activador/Inhibidor). Activa una actuación rápida para asegurar la supervivencia: lucha/huye/paraliza

  • Las emociones asociadas a este sistema son el miedo, la ansiedad, el enfado y el asco. Las conductas que promueve son la lucha, huida y/o parálisis-sumisión.
  • Desde nuestra capacidad de anticipar posibles peligros con nuestro nuevo cerebro, podemos activar el sistema de amenaza, generando estados de ansiedad.
  • Está mediado por la adrenalina y el cortisol,las hormonas del estrés.

 

2.- Sistema de Logros y adquisición: es un sistema que impulsa, motiva y energiza (Activador), nos ayuda a mantenernos enfocados en la búsqueda de recursos e incentivos. Querer, desear, lograr, perseguir, competir, conseguir, seducir y consumir, son aspectos propios de este sistema. Evolutivamente está orientado a la consecución de alimento, alianzas, pareja sexual y territorio.

  • Las emociones asociadas son de excitación, gozo, vitalidad y placer.
  • El neurotransmisor implicado es la dopamina,asociado al circuito de recompensa.
  • En nuestra sociedad nuestra autoestima suele ser muy dependiente de este sistema (ligada a los éxitos y fracasos) y el éxito se premia con importantes recompensas. Cuando no conseguimos el éxito que ansiamos, aparece la frustración- enfado-ansiedad – tristeza.
  • Nuestra cultura se encarga de sobre-activar este sistema con la persecución de una posición social,el consumo y competitividad excesivos. La excesiva actividad de este sistema puede derivar en un alto estrés e insatisfacción.

 

3.- Sistema de Seguridad, conexión y calma: la activación de este sistema nos aporta confianza, calma, satisfacción y seguridad (Sistema Calmante), el foco está puesto en la afiliación y la conexión con los demás. Es el sistema que se activa en las relaciones de apego seguro, satisfactorias, significativas y de colaboración, en las que nos sentimos conectados, confiados y seguros.

  • Este sistema está comprometido con el deseo de cuidado, alivio y prevención del sufrimiento propio o ajeno. Las motivaciones y emociones relacionadas son el amor,la compasión,la calidez,el cuidado,la seguridad, confianza, paz y alegría.
  • Las principales hormonas implicadas son la oxitocina y endorfinas, que proporcionan un sentimiento de seguridad y bienestar, junto a una percepción de conexión con los demás, afectan el umbral del dolor, al tiempo que reducen el estrés, disminuyendo la sensibilidad a los peligros desde la amígdala.

Para regular las emociones necesitamos ser conscientes de su aparición, de sus desencadenantes, frecuencia, duración, intensidad, nuestro ritmo de recuperación y además observarlas descentradamente, con ecuanimidad y perspectiva. Si desarrollamos el hábito de estar atentos a nuestros impulsos y emociones, y somos conscientes del sistema de regulación emocional activado, nos sentiremos en mayor contacto con nosotros mismos y seremos más capaces de regular nuestras emociones y estados de ánimo. La compasión juega un papel principal en el manejo de las emociones; Atención Plena sin compasión, no es suficiente.

 

Es importante recordar que muchas emociones que consideramos difíciles, forman parte de nuestro repertorio emocional normal como seres humanos. Tienen un origen protector al detectar y manejar las amenazas (Sistema de amenaza). Nuestra mente evolucionó por supervivencia y reproducción (no tanto en búsqueda de la felicidad) así que necesitamos aprender a aceptar, tolerar y trabajar con emociones difíciles y estado anímicos bajos, ya que no necesariamente significan que algo en nosotros no funciona correctamente, sino que pueden ser respuestas normales a cosas que ocurren en nuestras vidas. Es posible que nuestros sistemas de regulación emocional estén funcionando correctamente y que el origen de nuestras emociones difíciles sean vivencias difíciles. Si nuestra vida (o trabajo) está llena de estresores, es normal sentir estrés. Necesitamos aquí el coraje de la compasión para hacer los cambios necesarios.

 

Cuando los sistemas de motivación y amenaza se desbalancean con el de calma y protección, sentimos estrés y angustia. La sociedad moderna, de múltiples maneras diferentes sobre estimulan ambos sistemas. Sin embargo la felicidad no radica en sobre- estimular estos patrones mentales, sino en balancear nuestras emociones y deseos, reconocer los altos y bajos de la vida y en aprender a estimular y desarrollar el sistema de calma.” Paul Gilbert “The compassionate mind”. Necesitamos un espacio para comprender cómo se están desbalanceando los sistemas de amenaza y motivación, cuales son los desencadenantes externos y nuestras características o hábitos internos que pueden estar prolongando o intensificando las emociones (por ejemplo el papel del pensamiento en el mantenimiento de la emoción).

 

Pero será el sistema de seguridad, conexión y calma el que aumentará las sensaciones de paz y ayudará a regular las emociones basadas en la amenaza como ansiedad, ira, enfado y depresión, así como la excesiva necesidad de más y más originada en el sistema de motivación. ¿Cómo? Desde la compasión y la autocompasión!